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  CAPITULO 22. Reencuentro
 

(Música: Metric – Eclipse **)

Seguí corriendo lo más rápido que pude para llegar a casa, quitarme la camiseta llena de sangre y darme una ducha  a tiempo de ir a buscar a Ashley al Roxy’s. Cuando llegué ya me estaba esperando con cara de preocupación.

-Vi tu mensaje. ¿Qué es eso tan urgente que no podía esperar?.

Llegué a su altura y la cogí por la cintura para besarla.

-Ummm, Christian… ¿Qué demonios has comido? – dijo apartándose de mi asqueada.

-Ups perdón, bueno olvídate de eso. Tengo una sorpresa para ti. – dije todo emocionado

-¿Una sorpresa? ¿Y eso? – dijo abriendo sus ojos ampliamente y sonriendo.

-Tú solo déjate llevar.

Me miró con sospecha, como si le diera un poco de miedo lo que yo tramaba.

-Confía en mí – le dediqué una de mis sonrisas que tanto le gustaban y me puse detrás de ella para colocarle un pañuelo en los ojos. Cuando acabé la besé en la mejilla.

-¿Pero hoy que te pasa? – preguntó con una risita nerviosa.

-Nada, que soy feliz.

**La llevé al todoterreno y nos pusimos en marcha hacia el lago donde había quedado con Abigail. Le dije que me esperara en su forma de loba y así lo hizo. Cuando paré el todoterreno en la arena de la playita, se fue acercando hacia nuestra posición. Vi como olisqueaba el aire y podía sentir su nerviosismo y entusiasmo en mi propio cuerpo. Bajé del coche y me dirigí al asiendo del copiloto para coger en brazos a Ashley.

-¿Dónde estamos? – dijo aun con los ojos tapados y con su sonrisa en los labios.

-En el lago. -  le contesté con ternura.

Vi los ojos de Abigail brillando entre su pelaje y le sonreí.

-Chris esto es peligroso… - dijo con una nota de alegría en su voz.

-Tranquila… - Le conteste mientras nos acercábamos a ella.

Dejé a Ashley en el suelo y cogí su manita con dulzura.

-Espero que te guste mi sorpresa – le dije en su oído.

Llevé su manita con cuidado hacia el hocico de Abigail y ésta olió la mano cerrando sus ojos, con la respiración tranquila… De repente algo pasó como un rayo en mi mente. Abi me estaba mostrando todos los momentos que pasaron juntas, todos los recuerdos felices…

-Agáchate… - le ordené a Ashley

Le ayudé para que no se cayera y posé sus dos manos en la cabeza de Abi. Ella emitió un gruñido amistoso, pero Ashley lo interpreto como un sonido amenazador y retiró sus manos asustada.

-Tranquila… confía en mi… - repetí por segunda vez en aquella hermosa mañana.

Volví a poner sus manos temblorosas en la cabeza de Abi y se las dejé allí observándola mientras me alejaba un poco. Pude ver como movía sus manos con delicadeza, tocando la textura y espesor del pelo de la loba. Al cabo de unos segundos empezó a esbozar una preciosa sonrisa y vi como le resbalaba una lágrima por su mejilla, escapándose del pañuelo que le cubría los ojos.

-¿Qué sientes? – le pregunté.

-Pff, esto no puede estar pasando… - dijo con la voz temblorosa.

-Puedes quitarte el pañuelo si quieres.

Casi no terminé de hablar cuando llevó sus manos al nudo del pañuelo y lo desató con habilidad dejándolo caer en la arena. Se quedó unos segundos más con los ojos cerrados mientras Abi la miraba con ansia. Poco a poco fue abriéndolos y cuando enfocó su mirada se quedó alucinando.

-¡Kenabi! – exclamó con alegría.

-¿Kenabi? – dirigí mi mirada a Abi

-Así es como los humanos llaman a mi forma de lobo… A Ray por ejemplo le llaman Kobo…

-Así que… ¿Tú eras esa loba que nos encontró aquel día patrullando… y Ray fue ese hombre al que perseguí en el bosque y desapareció en la nada…?

-Si exacto

Su risa retumbó en mi mente y entendí todo.

-¿Te gusta? – le pregunté a Ashley.

-Si mucho…  Jamás creí que pudiera llegar a tocarla.

-Es muy mansa, no es una loba cualquiera. – Dije con el doble sentido de la frase.

-Es preciosa… ¿Sabes por qué es mi preferida?

-No… ¿Por qué? – dije agachándome y poniéndome detrás de ella.

-Porque tiene los ojos como Abi… Me recuerda mucho a ella.

Abigail se estremeció al oir aquello y apoyó su cabeza en las piernas de Ashley como muestra de cariño.

-La echo de menos Christian… ojalá pudiera abrazarla, ojala supiera que soy yo de verdad… ojala pudiera mostrarme en mi forma humana y que supiera toda la verdad. No se merece sufrir como ha sufrido hasta ahora… - me dijo Abi muy emocionada - Gracias por traerla… Tienes un gran corazón Chris, hazla sentir como una princesa antes de que te vayas de su lado…

-Lo haré, de eso no tengas dudas…

Sonreí a Abi y le acaricié la cabeza con cariño.

-¿Cómo lograste que se acercara a ti? – me preguntó Ashley ajena a la conversación mental que mantenía con la hermosísima loba que teníamos delante.

-Es una larga historia… Al principio me quiso comer pero creo que le empecé a caer bien…

Ella se echó a reír de una forma que me enamoró todavía más. Me senté lejos de ellas y me quedé viendo cómo Ashley abrazaba a la loba, cómo pasaba sus deditos entre su pelaje, cómo enterraba su cara en la fuerte espalda lobuna…  En cierta parte sentía envidia. Sentí rabia de pensar en que ella no hiciera eso conmigo cuando yo fuera lobo. Tenía miedo de que algún día me olvidara y fuera como si nunca hubiera existido en su vida. Eso me aterraba mucho. Esa amarga sensación no me dejaba respirar. Ashley alzó su mirada y se percató de mi estado.

-Chris, ven aquí…

La miré extrañado y me acerqué a ella un poco serio. Me cogió las manos y enredó sus deditos con los míos, algo que hizo que mi corazón se acelerara en un segundo. Cerré los ojos y deje caer mi cabeza mientras apretaba con fuerza mi mandíbula y respiraba muy fuerte para contener mi pena. De repente sentí su mano bajo mi barbilla y como levanto mi cabeza, dejando que nuestras miradas se encontraran. En ese instante sentí como la presencia de Abigail desaparecía y nos quedábamos a solas.

-¿Por qué estás tan triste Chris?

Esa pregunta me dejó con la guardia baja. Fue como si hubiera leído todos mis pensamientos tan solo con tocarme. De repente la cogí por la cintura pegándola a mí y la fui empujando mientras cogía su carita  con mi otra mano y le besaba desesperado uno por uno los labios,  jugando con mi lengua dentro de su boca… La dejé atrapada entre mi cuerpo y el tronco de un abeto y seguí paseando mis labios por la piel de su cuello, subiendo después a sus labios dejando sobre ellos besos húmedos… Podía sentir su corazón latiendo desbocado sobre mi pecho y su respiración acelerada por el deseo que nos unía. Su mano viajó hasta mi nuca apretando mis labios con más fuerza contra los suyos. Si… en ese beso tan voraz había pasión, deseo, dulzura y sobre todo amor. Me separé con cuidado de ella y deje mi frente pegada a la suya, mientras la miraba a los ojitos intentando recuperar el aliento.

-No estoy triste mi amor… - le sonreí con tanta calidez que sentí como temblaba entre mis brazos. – Solo quería comprobar cuánto nos queremos.

Ella dejó escapar una lagrimita mientras sonreía plenamente y me abrazó con todas sus fuerzas apoyando su cabecita en mi pecho. No pude por menos de peinar su pelito con ternura.

-Pase lo que pase te voy a querer hasta el final de mis días, que te quede bien clarito, Christian.

En ese instante me sentí el hombre más feliz del universo. Todo era perfecto, el lugar, la situación, el momento… Ya no me asustaban mis cuatro últimos días de vida como humano. Ahora me sentía mucho más fuerte porque no iba a luchar solo por sobrevivir… si no por el amor de Ashley, iba a luchar, porque me amara, incluso siendo un lobo.

De repente sentí un escalofrío que me hizo estremecer y me envaré llevando mi mirada hacia la profundidad del bosque. Pude oír a lo lejos gruñidos rabiosos que se acercaban con paso firme.

-¿Qué ocurre Chris? – se agarró asustada a mi cuerpo mirando en la misma dirección.

-Se acercan lobos desterrados… debemos irnos.

 Tire de ella violentamente para meterla en el todoterreno y llevarla a casa. Necesitaba ponerla a salvo cuanto antes y volver para ayudar a la manada de Ray y Abi. Pegué un buen acelerón pero justo cuando nos poníamos en camino, se oyeron cuatro disparos y las ruedas acabaron reventadas.

-Ashley agáchate!!!

La tapé con mi cuerpo para protegerla, pero lo que más nervioso me ponía es que esos tres lobos… que ya conocía muy bien, se acercaban cada vez más… y esta vez no solo yo era el objetivo. Podía sentir en sus mentes las ansias de hacer daño a Ashley. Al asomarme vi a lo lejos dos lobos enormes y un hombre con una escopeta en sus manos. En ese momento la tiró al suelo y dio un fogonazo para pasar a su forma de lobo.

-¡Mierda, joder! ¡No te muevas de aquí Ash! – Salí de la cabina del todoterreno para coger la escopeta de la parte de atrás

-¡No! ¡Christian entra dentro! Christian!!!!

Ashley no dejaba de gritar y eso me desconcentraba. Los cartuchos de la escopeta se escurrían entre mis manos y apenas pude cargar dos de ellos dentro del arma. Cuando me quise dar cuenta uno de ellos ya me había agarrado la pierna y tiraba de mi hacia los arbustos.

-¡Christian!

Ashley salió del todoterreno y vi como los otros dos se abalanzaron sobre ella.

-¡NOO!  ¡NOOOO!

En ese momento empecé a golpear la cabeza del lobo negro con la culata de la escopeta hasta que acerté en su hocico y dejo libre mi pierna enseñando sus dientes con furia. Aproveche ese momento para disparar y acertar en su hombro. Se alejó gruñendo con la pata coja pero sin dejar de mirarme con esos ojos que solo derrochaban odio. Eché a correr en dirección a Ashley que era zarandeada por los otros dos lobos y clavaban sin piedad sus dientes en su abrigo de plumas. En cuanto llegué golpeé a uno de ellos en su costado con mis puños tirándolo contra uno de los arboles. Me quedé sorprendido con mi fuerza y el otro lobo dejó a su presa para ensañarse conmigo.

-Ashley huye!!!! – grite mientras sujetaba las fauces de ese lobo enfurecido, pero ella no me oía, ni siquiera se movia - ¡ASHLEY!- No me contestó y en esos momentos supe que algo no iba bien. Un subidón de adrenalina me recorrió todo el cuerpo y aparte de un golpe al lobo que intentaba clavar sus colmillos en mi garganta.

-Aby, Ray ¿Dónde coños estáis? ¡os necesito! – grite con todas mis fuerzas acercándome a ver como se encontraba Ashley pero de nuevo los dos lobos se me echaron encima.

-Tranquilo Chris ya estamos aquí… - la voz de Ray apareció en mi mente justo a tiempo y vi como cogía a Ash en brazos – Me la levaré a casa, tranquilo, los demás están aquí ya… - Se fue tan rápido como vino, al menos me quede tranquilo al saber que ella ya estaría a salvo.

Mientras tanto, uno de los lobos clavó sus dientes en mi costado haciéndome retorcer de dolor y de rabia, golpeando con mis manos sus costillas que parecían más duras que el acero… En ese instante ví como Miranda le dio un empujón con su cuerpo y luego se enzarzaban en una pelea brutal, lanzándose zarpazos y mordiscos... Rápidamente el resto de la manada rodeó a los tres lobos y los expulsaron inmediatamente de la zona. Aún así permanecieron quietos en sus puestos, vigilando que no regresaran. Abí llegó corriendo a mí en su forma humana y rápidamente me tapo la herida del costado

-Ahhggg

-Tranquilo Chris, te pondrás bien, shhh ya está.

-¿Ashley? ¿Qué le pasa a Ashley? – no podía dejar de gritar asustado.

-Ray me ha dicho que solo esta inconsciente, por un chichón en la cabeza, nada más. Por suerte no recordara lo que ha pasado…

-¿Entonces no está herida?

-No… la ropa que llevaba la protegió de las mandíbulas de esas bestias. Puff no debí dejaros solos.

Aby estaba muy nerviosa tratando de curarme.

-Ha pasado algo mas ¿verdad? – dije al ver su cara consumida por la angustia.

Paró de repente y me miró a los ojos a punto de llorar.

-Se han llevado a Chelsea… se han llevado a mi niñita… - explotó llevándose las manos a la cabeza desesperada…

 
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